El homosexualismo se ha convertido en un tema del día. De manera diversa, en especial, usando los medios de comunicación –prensa, radio, cine, TV, Internet, redes sociales se pretende convertir al homosexualismo en normalidad, de la vida cuotidiana.
Con respeto a quienes desarrollan esas conductas con todo derecho y sin discriminación, es y debe ser una práctica escogidas por personas mayores de edad de acuerdo a sus gustos y libre albedrío, pero no debe presentarse como conducta a ser seguida por niños.
Los derechos de las personas lesbianas, bisexuales, gay, transexuales e intersexuales son el objetivo fundamental de su organización LGBTI y tienen razón en reclamarlos, y los estados, la obligación de respetar su práctica, en toda persona que como adulta se decida por ese camino.
La naturaleza estableció los sexos femenino y masculino como única forma de realizar la reproducción de las especies animales superiores y de algunos vegetales.
En consecuencia, hasta el momento, cuando la clonación no ha pasado de la fase experimental y con prohibición de ser aplicada en los seres humanos, el contacto sexual hombre-mujer sigue siendo el único sistema para lograr la reproducción.
Hay sectores imperiales, que plantean la reducción de la población humana sobre la tierra y de manera indirecta favorecen el desarrollo de actividades homosexuales, como una importante y necesaria relación entre los seres humanos, escondiendo de esa manera sus intensiones fundamentales.
En algunos países han aprobado el matrimonio homosexual como si fuera una gran reivindicación. Integrantes de las comunidades gay, desean lo mismo para el resto del mundo. En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 77, refiere el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y lo iguala a la relación estable o concubinato.
Lo adecuado no es autorizar el matrimonio homosexual, tal vez, eliminar el otro, de esta manera se acabaría con el divorcio.
