Venezuela necesita un paso adelante de América Latina y uno detrás de los Estados Unidos

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El chavismo exige el cese de las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos, que no reconoce la reelección de Maduro en 2018, y la oposición pide que se fije una fecha para elecciones presidenciales en 2024.

Estados Unidos debe retroceder en su política de «máxima presión» sobre el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y alentar a los gobiernos de izquierda latinoamericanos a constituir un «grupo de amigos» en las negociaciones entre Caracas y la oposición, señalan expertos.

En el informe «Venezuela en 2023 y más allá: trazando un nuevo rumbo» firmado por 18 expertos, el grupo de reflexión estadounidense Wilson Center apuesta de lleno por las negociaciones que llevan a cabo las dos partes en México.

«Venezuela está más madura para negociaciones serias ahora que en cualquier momento anterior», pero «es poco probable que produzcan resultados rápidos» sobre «objetivos importantes como la gobernabilidad democrática efectiva y una sólida recuperación económica», afirmó Abraham F. Lowenthal, fundador del Programa latinoamericano del Woodrow Wilson Center y redactor del informe.

La política de «máxima presión» de Washington contra el gobierno de Maduro «con el tiempo no ha tenido éxito» en su objetivo de apartarlo del poder.

Otros muchos países, de América, Europa o Asia, se han involucrado en la crisis venezolana, «cada uno persiguiendo sus propios intereses» y se han solidarizado con una u otra de las partes. En su mayoría apoyaron al gobierno interino encabezado por el líder opositor Juan Guaidó desde 2019 que fue disuelto hace unas semanas en medio de profundas fracturas dentro de la oposición.

El diálogo en México se reanudó en noviembre de 2022 tras estar suspendido 15 meses por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, acusado de blanqueo y de ser el testaferro de Maduro.

El chavismo exige el cese de las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos, que no reconoce la reelección de Maduro en 2018, y la oposición pide que se fije una fecha para elecciones presidenciales en 2024.

Canales directos

Por el momento las partes acordaron liberar 3.000 millones de dólares en fondos bloqueados por las sanciones internacionales a Maduro.

Por eso, estiman los expertos, es importante que la participación de la comunidad internacional se rija por «patrones más normales de intercambio comercial, educativo, tecnológico y cultural».

Esto requiere una respuesta estadounidense «nueva y diferente» en la que trate con todas las partes no violentas, algo que viene haciendo desde 2022 con varios viajes de altos cargos gubernamentales a Caracas, y sobre todo que «coordine el alivio de sus sanciones supeditándolas al avance de las negociaciones».

Pero sobre todo debe ser pragmático y dar protagonismo a países latinoamericanos gobernados por la izquierda como Colombia, Chile o Brasil, opinan.

Sus dirigentes, el colombiano Gustavo Petro, el chileno Gabriel Boric y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, pueden ser «canales directos» con el gobierno de Maduro y ayudarle «a entender las ventajas de la contestación política y de las reformas a través de instituciones democráticas», insiste informe. «Serían probablemente más convincentes que las advertencias de Estados Unidos».

Sanciones o nada

Para el exembajador de Estados Unidos en Colombia P. Michael McKinley es «probable que Maduro siga el ejemplo de los gobiernos autoritarios de todo el mundo que hallan nuevas formas de resistir la presión internacional y se vea tentado de evitar hacer concesiones serias en las negociaciones». Por eso, añade en otro análisis publicado por el Wilson Center, «la futura transformación democrática de Venezuela dependerá de convencerlo de lo contrario».

Christopher Sabatini, investigador de Chatham House, confía en que puede ser una ocasión para que gobiernos de América Latina «den un paso al frente (…) para trabajar con los europeos en algún tipo de solución negociada».

«Vemos por primera vez una apertura y una señal» del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden «para tratar de aprovechar las sanciones de una manera significativa para lograr metas» hasta ahora inalcanzadas debido a una estrategia de «sanciones o nada», afirmó en un debate en el Wilson Center.

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