“Desde hace más de dos décadas hemos venidos escuchando el ritornelo de los sectores partidistas, tanto de la tiranía como de la oposición, llámese G4 y sus derivados, que el problema para la salida en la nación, es político y no social, sin embargo, como el tiempo es quien confirma la verdad, como el de Dios, hoy hemos extrañamente que este cohabitante binomio se han percatado, que el conflicto social del país, rebasó el tema político; y ahora, quienes ayer no lo lideraron; y se empecinaron en postergarlo y rodar la arruga de los ingentes problemas de la gente, pretenden protagonizar con cálculos partidistas las movilizaciones que las sociedad civil organizadas, que desde las bases sus bases más sentidas, vienen surcando la geografía y el sentir del alma nacional en pro de su conquista, por tanto, es menester afirmar que esa bastarda oposición y el G4, no tienen cualidad moral ni ética política para conducir las reivindicaciones de las organizaciones sociales en Venezuela” así lo dijo el comunicador social y director de turimiquire.net
Agregó Carvajal, que las la vario pinta oposición venezolana, tienen que entender, que su tiempo pasó. “Quienes ayer esquivaron la propuesta de Ley que entregamos a la AN del 2015 para indexar las prestaciones y los salarios en el país; y se negaron a discutir; y aprobarla con lo cual se iba a atender a un contingente cercano a los 500 mil empleados públicos; a quienes le esquilmaron su patrimonio laboral, sus prestaciones sociales, la cual asciende a un estimado de 54 mil millones de dólares, mucho menos de lo que se robaron en Odebrecht; y de lo que se llevó la enfermera de Chávez y el tuerto Andrade de la Tesorería Nacional, e hicieron mutis ante el estado de miseria y desamparo de toda una población, que quedó en estado de infección; sin seguridad social, sin HCM, entre otras beneficios, que fueron conquista alcanzada por las organizaciones sindicales en nuestra escuetas democracia, no pueden aparecer ahora: “aquí estoy si no me han visto”.
Concluyó el periodista: “Sí los vimos, los vimos y fueron firmados haciendo particulares negocios con la ayuda humanitaria, en Monómeros, en Citgo, en quince (l5) mesas de diálogos, donde n se llegado a nada beneficioso para la salida de esta pesadilla. Los vimos participando de esta falsaria y prostibularia política de cohabitación sin redención, que nos mantiene sumergidos en un holocausto, con el mal o síndrome de Estocolmo”